La fascitis plantar se le denomina a la inflamación de la zona aponeurótica, donde se encuentra una capa de tejido que recubre desde el talón hasta el flexor corto común de los dedos de los pies (fascia) y situada en la planta del pie.
Esta inflamación se ve provocada por excesiva tracción de la fascia, obesidad, movimientos bruscos, falta de preparación física, alteraciones biomecánicas o envejecimiento entre otros factores y siendo más frecuente en la zona del hueso calcáneo (talón), pudiendo extenderse a otras zonas proximales de esta extremidad (García, 2017).
Esta patología presenta como síntomas más frecuentes un dolor en el talón y zona intermedia del pie, apareciendo en el 10% de la población con un aumento de dolor en periodos de descanso y remitiendo tras una actividad física frecuente (Suarez, 2017; Maya et al, 2019).
En cuanto a su tratamiento, se ha encontrado diversa bibliografía donde se defiende los ejercicios de estiramiento de MMII de la cadena posterior (tríceps sural, isquios, glúteo), fortalecimiento de la musculatura intrínseca y extrínseca del propio pie, asi como de otra musculatura como los isquisurales o glúteos para la mejora de esta patología, cuyo principal factor de aparición es la marcha, junto a los anteriormente expuestos.
Otra actividad que demuestra una mejora en la fascitis plantar es el aumento del ROM articular en tobillo y cadera, siendo en muchos casos, la falta de movilidad en estas zonas la que provoca la tracción excesiva de esta fascia, que absorbe demasiado impacto en diferentes actividades y acaba por inflamarse.
Tras conocer qué causas y consecuencias tiene la inflamación de la fascia plantar y cómo podemos paliar sus síntomas, ¿qué ejercicios podemos recomendar cuando un sujeto con este mal necesita ayuda?
Para comenzar, ejercicios de movilidad de tobillo y de cadera, realizados a diario, producen una mayor liberación y disminución por tanto de la rigidez de estas articulaciones que tantos problemas nos producen.
A continuación, estiramientos en la zona de la fascia y toda la cadena posterior de tríceps sural (gemelos – sóleo) isquios y glúteo, provocando un bienestar en los tejidos a la hora de movernos y evitar patologías.
Realizar ejercicios de fortalecimiento de la musculatura nombrada durante todo este articulo para fortalecerla y que genere fuerza suficiente para contener el impacto y que no recaiga sobre otros tejidos donde se puedan ocasionar problemas como es el caso de la fascia, absorbiendo fuerzas en exceso y que no le pertenecen.
Por último, el trabajo de equilibrio unipodal propioceptivo también ayuda a reducirla.
TIPS para la prevención y paliación de la fascitis plantar
Tip nº1 Evitar malos hábitos que predisponen a la aparición de la fascitis como la obesidad.
Tip nº2 Mejorar la movilidad, extensibilidad y fortalecimiento muscular.
Tip nº3 Realizar un estudio biomecánico de la pisada para evitar alteraciones que provoquen su aparición.
Tip nº4 Trabajar el equilibrio como el apoyo unipodal u otros ejercicios mejora este mal.
Álvaro Martos Moreno
Graduado en Ciencias de la actividad física
Máster en readaptación físico- deportiva