¡Buenas “lowfiteros”!
Hoy vamos a hablar sobre un tema que en la actualidad sigue teniendo muchas cuestiones sin resolver.
Cuando se habla de trabajo de fuerza con embarazadas, son muchos los miedos y creencias erróneas que saltan a la cabeza de estas mujeres, fruto de una sociedad que las fragiliza con ideas como que coger peso puede ser nocivo para el bebé, aumentar de peso de manera descontrolada es algo normal durante este período o que entrenar puede tener efectos negativos en la leche materna, e incluso provocar abortos.
Es muy importante que desde ya se destierren este tipo de ideas absurdas, que lo único que hacen es introducir un miedo en la futura mamá y provocan, no solo que ella misma pierda cualidades saludables en su cuerpo, sino al contrario de lo que se cree, evita que el bebé obtenga tantos beneficios del entrenamiento, como está demostrado que tiene.
Es por ello que siempre, sabiendo el nivel que la embarazada tenga de cara a coger pesas, se debe de seguir con el entrenamiento habitual, marcado por ciertas adaptaciones que llevaremos a cabo al haber cambiado, por supuesto, su cuerpo y tener una vida en su interior.
Por tanto, ¿se debe seguir entrenando o comenzar a entrenar durante el embarazo? la respuesta es un SÍ, en mayúscula y sin pensarlo, pero… ¿por qué?, ¿qué beneficios tiene de verdad que alguien entrene cuando se queda embarazada?
Algunos beneficios del entrenamiento durante el embarazo son:
- Mantenimiento a raya del peso elevado que pueda obtener durante este periodo.
- Evitar problemas metabólicos como la llamada diabetes gestacional (durante el embarazo) que puede derivar en diabetes tipo II.
- Sensación de bienestar físico y mental de la embarazada durante el proceso y antes de dar a luz.
- Fortaleza de la embarazada de cara a la preparación del parto (se ven más preparadas y confiadas para dar a luz).
- Beneficios para el feto, directamente proporcionales a los de la madre.
Estas son algunas características por las que el ejercicio físico es imprescindible en esta etapa de la vida, sin embargo, también se deben de tener en cuenta una serie de limitaciones tanto generales para la mamá, como concretas según el tipo de persona:
- Saber desde donde empieza, si ha practicado anteriormente deporte o entrenaba y siempre adaptando el entrenamiento a su nivel.
- No fragilizarla, si es una persona que viene de entrenar crossfit o alto rendimiento se podrá adaptar un entrenamiento más intenso que a quien no haya entrenado nunca.
- Controlar ciertos aspectos más globales en la embarazada como evitar la maniobra de valsalva (contener la respiración) durante los ejercicios, insistirle en beber agua durante toda la sesión o evitar posición lateral o invertida.
Para terminar, os dejo 5 tips que explican resumidamente este tema tan interesante:
- Adaptar el nivel de manera individual a toda embarazada.
- Evitar ciertos movimientos como crunch abdominal, maniobra de valsalva o cabeza por debajo del tronco (posición invertida).
- Animar y dar confianza a la embaraza para que entrene, pues los resultados son muy amplios y beneficiosos.
- Controlar durante el entreno aspectos como que pueda hablar en todo momento para el mejor control de la intensidad impuesta durante el ejercicio.
- Hidratarse durante todo el entrenamiento y durante el día.
Álvaro Martos Moreno
